Otra de las tendencias que destacan actualmente es aquella que fusiona dos conceptos, "slow" y "local", el llamado SLOWCAL. Una tendencia cargada de concienciación y responsabilidad respecto al impacto que los hábitos alimentarios actuales pueden causar en ámbitos como el personal, el social, el económico y sobretodo el ambiental.
El estilo de vida ha cambiado, por lo que los hábitos alimentarios también. La industria alimentaria no solo tiene que adaptarse a un nuevo consumidor con un ritmo de vida que esta cambiando constantemente, sino también a un nuevo consumidor mas informado y concienzado. Ya no solo nos importa saber qué comemos y de dónde viene, sino también que efectos provoca la elaboración y comercialización del mismo. Y es que, si uno de los problemas actuales era la escasez de recursos, el aprovechamiento responsable de los mismos debe ser un factor a tener en cuenta en nuestra cesta de la compra.
Un ejemplo claro de ésta tendencia es lo que se conoce como la Huella de Carbono, un distintivo en el etiquetado que indica el impacto de un producto en el medio ambiente, como la huella de carbono:
Huella de Carbono
También los Huertos Urbanos, para facilitar la accesibilidad y disminuir el impacto ambiental, como por ejemplo el “Food From the Sky”, en Londres, un supermercado con huerto orgánico en el tejado que posteriormente vende lo que produce en la planta de abajo.
Pero no hay que dejarnos engañar, ya que consumo local, no siempre es símbolo de consumo responsable.
Otro aspecto de ésta tendencia se puede indentificar como símbolo de un modo de vida más desacelerado, placentero y en equilibrio con el entorno, un consumo de productos de calidad tanto sensorial como de valor moral, donde tanto los propios productos como el acto de comer, adquieren toda su relevancia.
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